Buenos dias!!!!
El sol y el tiempo bueno ya se acercan y muchos somos los que queremos lucir la piel bronceada. Ya sabemos que los rayos ultravioleta pueden causar muchos daños en nuestra piel, por eso es importante que tengamos en cuenta algunos consejos antes de ponernos a tomar el sol para proteger nuestra piel y evitar futuros disgustos.
La piel es una parte que debemos cuidar y cada vez más, ya que son muchas las agresiones que sufre día a día y más con el calor y el sol. Es necesario que le prestemos la atención que requiere. En contra de lo que muchos piensan, no solamente es un problema de la gente con pieles más blancas, sino que todos podemos sufrir en nuestras carnes los efectos de una exposición prolongada a los rayos ultravioleta.
La principal forma que tenemos de proteger nuestra piel de los efectos nocivos del sol es mediante la aplicación de cremas solares que mantienen la piel hidratada a la vez que utilizan una serie de filtros que acaban con la mayoría de las radiaciones que emite el sol y que son las causantes de los temidos melanomas y demás enfermedades dérmicas. Es necesario que utilicemos factores de protección altos que nos permitirán ponernos igual de morenos con a la vez que protegemos nuestra piel.
Pero no todo es proteger mediante cremas, sino que desde dentro podemos ayudar a mejorar nuestra piel de cara al verano. Es importante que dotemos a nuestras células de vitaminas antioxidantes que nos ayudarán a mantenerlas protegidas de los ataques del medio ambiente. La importancia de la vitamina A y E es destacable, ya que ambas se encargan de regenerar y proteger los tejidos para conseguir mantenerlos más jóvenes. La vitamina A la encontramos en verduras como la zanahoria, las verduras de hoja verde… La vitamina E está presente en las pipas de girasol, el aceite de girasol, la levadura de cerveza…
La hidratación es obligatoria sobre todo en los meses en los que más aprieta el calor, ya que la pérdida de líquidos a través de la transpiración es mayor. Por esto es esencial reponerlos mediante la ingesta habitual de líquidos como el agua o diferentes bebidas alcalinas que nos ayudarán a reponer los minerales que perdemos por el sudor, equilibrando de esta manera los electrolitos del organismo y manteniendo una piel hidratada y bonita.
No debemos olvidar que todas las horas no son buenas para exponernos al sol, ya que cuando los rayos que éste irradia están más verticales más problema tenemos de sufrir quemaduras y demás molestias. Es importante saber aprovechar los mejores momentos del día para tomar el sol. Las peores horas se comprenden entre las doce del mediodía y las seis de la tarde. En este periodo de tiempo es mejor no permanecer debajo del sol, ya que el riesgo aumenta con respecto a otras horas del día en las que podemos pillar bronceado sin correr tantos riesgos.
Un Besazo
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